A medida que el frío se instala poco a poco, surge la pregunta de si es necesario encender la calefacción. Este gasto representa aproximadamente el 15% del consumo total de energía en un hogar, lo que se traduce en alrededor de 800 euros al año para un piso y alrededor de 1.400 euros para una vivienda. Es en este contexto donde el aislamiento se convierte en la clave para mantener el calor sin tener que recurrir a la calefacción.

Algunos consejos prácticos incluyen la colocación de alfombras, mantener las persianas bajadas en horas en las que no haya sol y revisar grietas y rendijas para taparlas con burletes. Estas medidas ayudan a retener el calor en el hogar y evitar pérdidas innecesarias.

Los expertos recomiendan mantener una temperatura de alrededor de 20 grados en las habitaciones y 23 grados en las zonas comunes durante el invierno. En estas últimas, es más sencillo mantener el calor debido a la acumulación de calor generado por los aparatos eléctricos. Sin embargo, es importante maximizar el aislamiento térmico en todas las áreas de la casa. Si la temperatura desciende por debajo de estos niveles, no nos quedará más remedio que encender la calefacción.

En cuanto a las ventanas, según datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), entre el 25% y el 30% de la energía producida en los hogares se pierde a través de ellas. La instalación de dobles cristales puede reducir estas pérdidas en hasta un 50%, disminuyendo las corrientes de aire, la condensación del agua y la formación de escarcha.

Es importante tener en cuenta que, a través del cristal, podemos absorber hasta el 89% de la energía solar que calienta las habitaciones, especialmente aquellas con superficies de madera o metal. El cristal retiene aproximadamente el 5% de ese calor, mientras que el 6% restante se refleja hacia el exterior y se pierde. Por lo tanto, durante el día, en caso de tener sol, se recomienda aprovechar al máximo el calor solar y ventilar la casa durante 10-15 minutos diarios en invierno para evitar una pérdida excesiva de calor.

Cuando el sol se pone, ya no se recibirá ganancia de calor, sino únicamente pérdidas. En este momento, es aconsejable bajar las persianas para ganar en temperatura, aunque se pierda algo de luz. Si las persianas son de madera, proporcionarán un mejor aislamiento que las de plástico. Además, si las ventanas presentan rendijas, se pueden utilizar barreras térmicas como paneles de plástico aislante o burletes. También existen aislamientos térmicos de plástico que actúan como doble ventana, aunque solo son adecuados para aquellas ventanas que no se abrirán. En estas ventanas, es recomendable utilizar cortinas gruesas y opacas como barrera contra el frío.

Para evitar la sensación de frío, se pueden utilizar aislantes como alfombras y alfombrillas en la cocina y los baños. Superficies como el mármol, la cerámica, el hormigón o la tarima pueden ser rutas por las que se escapa el calor. La tela actúa como aislante, y un truco casero es colocar papel de periódico debajo de las alfombras, ya que aumenta la sensación térmica. También se puede aprovechar el calor del agua caliente después de una ducha para calentar pasillos y otras habitaciones.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sugiere una serie de reformas que pueden preparar el hogar para el invierno, reduciendo el consumo de calefacción hasta en un 50%:

Paneles de lana mineral en las paredes: Esta es la mejor opción si tu casa no cuenta con una cámara de aire entre el muro exterior y el tabique interno. Por aproximadamente 464 euros, puedes instalar paneles de 40 milímetros de espesor y una capa de trasdosado de yeso. Sin embargo, debes tener en cuenta que esto implicará una pérdida de espacio interior.
Inyección de lana mineral: Esta opción tiene un coste más elevado, pero no altera el espacio interior de tu hogar. Por unos 834 euros, puedes optar por insuflar lana de roca en capas de 5 centímetros de espesor.
Cambio de ventanas: Si tu vivienda tiene alrededor de 90 m2, instalar ventanas de PVC con doble cristal puede costar alrededor de 3.400 euros (opción oscilobatiente con sistema de seguridad) o 1.800 euros (ventanas correderas, que son más económicas pero aíslan menos eficientemente).
Viviendas Pasivas:

Si estás considerando construir una vivienda nueva, el modelo «Passivhaus» es la mejor opción. Estas viviendas se basan en el principio del hermetismo y logran un consumo energético casi nulo gracias a parámetros de construcción específicos que proporcionan un aislamiento completo. Además, cuentan con un sistema de ventilación controlada que introduce aire limpio y expulsa el aire viciado sin permitir la pérdida de calor.

Implementando estos consejos y medidas de aislamiento, podrás mantener tu hogar cálido durante el invierno sin tener que depender tanto de la calefacción, ahorrando energía y reduciendo los costos.